lunes, 14 de marzo de 2011

Noticias internacionales de un planeta en movimiento.

Anochece en una ciudad, amanece en otra. El paisaje que estas viendo puede desaparecer y comienzan a sonar las alarmas en la costa.

Un terremoto acaba de sacudirte y todavía falta lo peor. Terremoto en Japón. Todo se mueve. Como si el amor de tu vida te hubiera dicho que no.

La tierra se mueve como cuando el médico le dijo que le quedaban pocas esperanzas. Llegan las imágenes a todo el planeta. Llegan las imágenes y las alertas. Toda la costa del pacifico en alarma. Si la tragedia nos es ajena siempre queremos ver más, queremos ver de lo que nos salvamos. Olas de 10 metros, edificios destruidos, automóviles, techos, barcos, containers y puentes flotando a la deriva, entremezclados, deformando la estenografía de lo que parece una maqueta donde vivíamos hasta hace unos minutos.

Las imágenes de las noticias no defraudan al morbo. Si aquí no murió Godzilla es que nunca existió. La tierra se movió, como cuando te quedaste sin trabajo, como cuando perdiste a los amigos, como cuando reprobaste aquel examen, como cuando te engaño quien menos esperabas que te engañe.

El mayor terremoto de la historia hasta el momento. Cientos de réplicas. Alarma de tsunami desde Canadá hasta Chile. La tierra se mueve. Evacuan la isla de Pascua. Alarma en Hawai. Evacuan poblados costeros. Calles desiertas, militares patrullando. Como en el poblado norteño arrasado por el narco, como las calles de Libia después del bombardeo, como en las fábricas latinoamericanas durante la crisis neoliberal, como la Franja de Gaza cuando caen los misiles.

La tierra se mueve. Sube el agua, todo se cubre de lo que hasta hace minutos era orgullo de la arquitectura.

El presidente de aquel estado que alguna vez cayó contra Hiroshima y Nagasaki ofrece condolencias y ayuda. El gobierno japonés habla de la peor tragedia de la historia. En la provincia de Miyagui desaparece un pueblo completo. 9500 personas. Los muertos se van sumando sabiendo que la cuenta recién comienza. Si esto hubiera pasado un año después donde habitaban los mayas nadie dudaría de la profecía.

El eje de la tierra se movió 10 cm. No se sabe si corrigió los 10 que se movieron con Chile o si ya suman 20. La tierra se mueve, se pone de cabeza, esperando europeos cruzando en pateras hacia África para sobrevivir, viendo estadounidenses cruzar a Latinoamérica para buscar un futuro mejor, imaginando que lo que ayer era importante hoy ya no lo es.

Fallan los sistemas de refrigeración de las centrales nucleares Tokai, Fukushima y Onagawa. 200 mil personas evacuadas. Alarma por fuga de radiación. Se habla del peor incidente desde Chernobyl. Algo lógico porque no hubo otro desde Chernobyl hasta hoy.

Minutos después del terremoto el volcán Karangetang, en Indonesia, entra en erupción. Igual que cuando esperabas el puñetazo y te llegó la patada, Japón estaba lista para moverse pero no para surfear.

Se anuncia que bajaron los niveles de radiación. La tierra se mueve. La agencia japonesa sitúa el terremoto un punto más arriba de lo que se creía. Es un 9 en la escala de Richter. Como cuando se divorciaron tus padres, como cuando te dio positivo el test, como cuando sonó aquel teléfono, como cuando perdiste lo que habías ganado.

La tierra se mueve. Las automotrices japonesas anuncian la suspensión de actividades por tiempo indefinido, caen las bolsas del mundo, se le ponen números a las perdidas de la catástrofe.

La tierra se mueve, podemos prepararnos e imaginar como reaccionaremos "en caso de que el mundo se desintegre". Podemos prepararnos un siglo para enfrentar el terremoto y vencerlo, pero sonaron las alarmas de una pared de agua que nos llega por la espalda.

Anochece en un aparte del planeta, amanece en otra. - Marzo año 2011 - planeta tierra.